Parma en media jornada

Para mí en Parma se respira todavía hoy la atmósfera de una pequeña capital. La ciudad es tranquila y refinada, se encuentra al centro del Valle del Po y ofrece innumerables posibilidades de la visita a los que quieren descubrir lugares no atestados de gente y no tocados por el turismo de masa.

Iremos juntos a descubrir primero el Palacio de la Pelota, ja palacio de servicios de los Farnese, donde el estupendo Teatro Farnese, obra maestra arquitectónica por Giovanbattista Aleotti, a mi juicio es imperdible para todos lo que vienen aquí por primera vez.

Seguiremos con el Duomo, la Catedral, donde han trabajado artistas como el Correggio, pintor que alcanzó niveles de refinamiento incomparable, y Benedetto Antelami, escultor conmovedor y arquitecto del Baptisterio, que con su cubierta marmórea, sigue siendo hasta hoy uno de los símbolos de Parma.

Después de un breve paseo por las calles del centro, llegamos a la Iglesia de la Steccata, donde las “Vírgenes sabias y las vírgenes necias” por Parmigianino cada vez me asombran con su equilibrada elegancia.

Casi enfrente de la Steccata, vemos la fachada neoclásica del Teatro Regio, templo de la música comisionado por la más querida Duquesa de Parma: Maria Luigia. Al Regio están atados los nombres de algunos de los más grandes músicos del pasado, como Verdi, Paganini y Toscanini, y de muchos más.

Terminaremos nuestra visita al descubrimiento de Parma en la Piazza Garibaldi, la plaza mayor y la más viva de mi ciudad.